Ello fue enriquecido con la incorporación de la
Imagenología que abarca a Radiodiagnóstico, Medicina Nuclear y Radioterapia,
además de la colaboración importante de otras, que como Psicología y
Laboratorio Clínico son necesarias para un mejor diagnóstico de la entidad que
aqueja el enfermo con dolor.
De
ellas se deriva el sin número de términos y conceptos que son necesarios
conocer para desarrollar la atención al enfermo con dolor y a los necesitados
de cuidados paliativos que sufren enfermedades terminales.
En los años dedicados a
la Medicina hemos asistido a las diferentes denominaciones con que los términos
relacionados con este trabajo son conocidos en las publicaciones revisadas
(libros, revistas), algunas no ajustadas a la actual terminología médica
internacional y que provienen del uso continuo a través del tiempo, tales
como cúbito o ulnar, peroné o fíbula, rótula o patela, ciático o isquiático,
referidos a estructuras anatómicas (músculos, huesos, nervios, arterias, etc.)
y accidentes anatómicos (agujero,
orificio o foramen, fosa, fosita, depresión o surco, escotadura, apófisis o
procesos, tubérculo, tuberosidad, protuberancia, espinas, bolsas o bursas,
planos anatómicos, términos de posición o de movimiento), que en las
definiciones dadas en algunos textos muchas veces no resultan claras.
Muchos elementos, son denominados indistintamente como se hizo
habitual hace algún tiempo o como ahora lo expresa la Terminología Médica
Internacional. Dicha situación pudiera hacer confusa la lectura de algún
vocablo o la definición de un concepto, que requiriese una aclaración o
recordatorio con apremio y no pudiese
revisar una bibliografía afín.